Existe una serie de productos básicos que debe estar en todo botiquín, ya sea de particulares como en un armario de consulta de enfermería. Son un variado grupo de materiales de los más conocidos, pero ¿sabemos cuáles son los más usados? ¿Conocemos realmente la tipología más concreta? Vamos a dar respuesta a estas preguntas en este artículo sobre el botiquín de enfermería.

Para hablar de los productos que se usan en una disciplina tan amplia como la enfermería, debemos primero acotar ciertos aspectos de la misma. Cuando nos referimos al material que una enfermera utiliza desarrollando su disciplina, depende del lugar en el que se encuentre, ya que no es lo mismo la planta de un hospital que una clínica en la que existe una consulta. Vamos a centrarnos en pequeñas unidades de enfermería.

También debemos separar qué debería contener un botiquín básico en nuestras casas del usado en una clínica u hospital que, obviamente, contendrá una serie de herramientas distintas a las de los profesionales de la salud. Especificaremos cuáles son más habituales en cada caso.

Otro aspecto que vamos a descartar es el uso propio del vestuario: zuecos, camisas y pantalones o batas, y nos vamos a concentrar en exclusiva en el material que debe constar en cualquier botiquín básico.

Llegados a este punto, hay que mencionar los principios que rigen la labor de enfermería y que no son otros que los de promover y restaurar la salud, prevenir las enfermedades y aliviar el sufrimiento. Por tanto, el material que en enfermería se usa está enfocado en la labor concreta de curar y aliviar las heridas en la medida de lo posible. Y ese es perfil que elegiremos a la hora de conformar nuestro botiquín en casa.

Con este enfoque pues, las herramientas básicas con las que debe contar un profesional de la salud y un particular en su domicilio se pueden identificar en varios subgrupos:

  • Instrumental para diagnóstico: termómetro, fonendoscopio, tensiómetro, pulsioxímetro... imprescindibles para realizar un primer diagnóstico básico a un paciente, midiendo las constantes vitales mínimas. Muchas clínicas cuentan con unidades de diagnóstico con múltiples parámetros que son capaces de realizar una medición rápida de las constantes de un paciente con una sola máquina. Se llaman monitores multiparamétricos. En el caso particular, nuestro botiquín debe contener un termómetro al menos y para aquellos más avezados un fonendoscopio y un tensiómetro siempre nos pueden venir bien. Los tensiómetros digitales son herramientas perfectas para usar en nuestro domicilio para el control de la tensión.
  • Material desechable: algodón, vendajes, apósitos adhesivos, esparadrapo, guantes, gasas, papel camilla, jeringas, agujas hipodérmicas... una gran variedad de productos necesarios para acometer las curas más básicas. Las heridas se pueden presentar en multitud de formatos, principalmente las externas. Vendas, gasas o algodón serán nuestra principal arma al realizar curas. Pero también las jeringas o agujas cuando debemos realizar irrigaciones o inocular algún medicamento. En el botiquín de casa, principalmente, recomendamos los apósitos tipo tiritas, algodón siempre socorrido y esparadrapo para fijar mejor los apósitos. Un primer auxilio en una herida abierta o corte puede significar la diferencia entre una recuperación larga o más corta.
  • Productos desinfectantes: agua oxigenada, alcohol de 96º o de 70º, clorhexidina, povidona yodada... son los desinfectantes para piel más comunes que debe encontrarse en cualquier botiquín e imprescindibles tanto para el hogar como para cualquier unidad de enfermería. Nuestra recomendación es hacer una buena elección de dichos materiales, ya que, a priori, sirven para lo mismo, pero como todos los productos, cada uno puede ser más o menos recomendable según la herida o cura que debamos realizar. Por ejemplo, en heridas abiertas es recomendable el uso de povidona o agua oxigenada. Sin embargo, es mejor usar clorhexidina o alcohol para limpieza de piel si es que queremos realizar alguna cura sin contactar con la herida en sí, ya que son más abrasivos.
  • Instrumental inox: tijeras, pinzas o bisturís pueden ser un complemento perfecto para cualquier botiquín. Existen multitud de opciones dentro de tijeras y pinzas, así que debemos decantarnos por las más comunes, tijeras de cirugía y pinzas de disección, con las que obtenemos una polivalencia de uso enorme. A nivel hospitalario, la cuestión cambia, ya que los profesionales de la salud requieren instrumental específico para distintas opciones. Por ejemplo, si vamos a retirar una escayola, usaremos una tijeras especiales para corte de escayola (tijera bruns). Si pretendemos cambiar un vendaje, se usan tijeras más sencillas de cirugía. Si lo que vamos a preparar es una cura de alguna herida, precisamos pinzas específicas y de distintos tamaños para realizar el procedimiento (pinzas adson). Las necesidades de material también las marcan los procesos médicos.
  • Materiales especiales: sedas para suturar, campos quirúrgicos, puntos de aproximación... dependiendo de la función específica de la unidad de enfermería, quizás sea necesario contar con sets de sutura para heridas o puntos de aproximación (suturas adhesivas que se usan para cerrar heridas también) por si acaso, aunque este tipo de intervenciones son más de urgencias que específicas de enfermería. Aunque bien es cierto que un servicio de enfermería debe contar con dicho material porque puede que deban reemplazar unos puntos por otros, por ejemplo. En el caso de un botiquín en casa, es recomendable no hacer uso de este tipo de material salvo que sepamos utilizarlo correctamente, ya que son procesos delicados de curas.

Evidentemente, cada botiquín puede incorporar tantos productos como uno quiera. Podemos sumar a esta lista complementos como vendajes de compresión para torceduras, algún spray de frío para esguinces o cremas de calor para contracturas. Estos productos pueden ser útiles tanto en nuestro domicilio como en una consulta. También hay una serie de materiales de tipo ortopédico que pueden resultar recomendables, nos referimos a muñequeras, rodilleras o taloneras.

Existen requisitos que se deben cumplir en unidades de diagnóstico como maletines de reanimación o desfibriladores, pero estamos hablando de productos básicos que cualquier botiquín de enfermería tiene, ajenos a los aspectos legales. Además, así concretamos qué elementos debe contener un botiquín para particulares, sin entrar en componentes demasiado especiales.

Hay que tener en cuenta que el material sanitario es de uso profesional, pero cada día más particulares deben realizar procedimientos que sus doctores les encargan en el domicilio, sin una asistencia profesional. Tener a mano estos productos que hemos enumerado siempre vienen bien para realizar las curas apropiadas a cada necesidad.

Y, por último, en el caso de un particular, siempre debe imperar el sentido común y una buena dosis de información para saber usar correctamente los materiales que disponemos. Si la herida es grave y no somos capaces de atajarla, acudir al servicio médico de urgencia es la principal recomendación que podemos hacer. Como indicábamos más arriba, los profesionales de la salud están a nuestro servicio para procurarnos la mejor atención posible.