Los electrodos desechables empleados en cardiología son dispositivos médicos de gran rotación y uso. Existe un gran número de modelos distintos, medidas y recursos, pero ¿sabemos qué son exactamente? ¿Para qué sirven? En este artículo trataremos de describir correctamente este producto sanitario de gran relevancia.

Los electrodos son pequeños parches adhesivos que se colocan en los pacientes a los que se les va a practicar un electrocardiograma y así poder medir los impulsos eléctricos que emite el corazón.

Su composición, entonces, es vital que sea de un gel transmisor que permita viajar la electricidad hasta el aparato de medición, por tanto, los electrodos llevan unos enganches o sensores para que conectemos mediante cables el dispositivo al electrocardiograma o ECG.

Los electrodos se suelen colocar a lo largo de la cavidad torácica para que puedan medir convenientemente los impulsos eléctricos derivados del movimiento cardíaco y son desechados una vez utilizados.

En el mercado existen multitud de tipos de electrodo, aunque los más usuales se componen de foam, un acolchado especial que hace más cómodo al electrodo, y gel sólido que sirve de conductor para la transmisión de datos. También hay otro tipo de líquidos como hidrogel con una conductividad probada mucho mayor (esto puede ser requerido en electrocardiogramas de gran profundidad), como los Q-Trace.

La forma también puede implicar una cierta diversidad puesto que los normales redondeados han dado paso a varios tipos de forma rectangulares u ovaladas, a requerimiento de los doctores y pacientes.

También debemos distinguir entre electrodos de adulto o pediátrico, con diámetros más pequeños o más grandes según el paciente, y entre pruebas de reposo (las más habituales) o de estrés que, por ejemplo, se emplean en los reconocimientos médicos a deportistas.

Según el conector de cada electrodo encontramos de tipo banana o clip. Esta especialidad puede ser debido al tipo de ECG que estemos usando y cuyo cableado requiera de otro tipo de conexiones aunque el más habitual es el de clip.

Esta gran variedad no debe llevar a equívoco. Los electrodos desechables más convencionales suelen ser redondos de foam y gel sólido con un clip de conexión básico y con un tamaño aproximado de 50 mm. de diámetro. La diversidad en la tipología surge como respuesta a las necesidades de los profesionales de la medicina, pero en líneas generales los electrodos de ECG más usados y vendidos son los descritos.