El papel camilla es un elemento indispensable en las clínicas y hospitales que precisen realizar atención al paciente. Es un rollo de papel que se extiende normalmente por la camilla para facilitar la esterilidad y limpieza de este mobiliario y en el que el paciente se coloca momentáneamente para recibir la atención, ya sea en consultas médicas, de estética o fisioterapia. La variedad de usos en muy amplia.

Pero, ¿conocemos los tipos de papel que existen? ¿Utilizamos el adecuado en nuestra consulta? En este artículo analizaremos las diferentes gamas de papel y qué uso le podemos dar según el material del que estén elaborados.

Primero, debemos entender de donde sale el material principal de este tipo de producto. El papel conocido como pasta pura es uno de los más habituales en la elaboración de los rollos para camilla. Es un material resistente y dependiendo de si es simple capa o doble capa, la durabilidad se extenderá o disminuirá. Se realiza con fibra virgen procedente del árbol, capaz de absorber gran cantidad de humedad y así evitar roturas y residuos. El cuidado de los fabricantes hoy en día es máximo en la elección de bosques sostenibles dedicados exclusivamente a la extracción de las fibras.

Uno de los papeles que goza de mayor aceptación es el ecológico que se fabrica con papel 100% reciclado, producido con agua depurada en circuito cerrado, pasando por lavados ecológicos donde se centrifuga la pasta con agua cargada de oxígeno y carente de productos químicos como cloro, blanqueante óptico o sosa cáustica. El papel ecológico se fabrica con muy alta resistencia en húmedo gracias al mayor gramaje de la hoja de papel y una blancura constante siendo difícil apreciar impurezas visualmente. Su única pega es la resistencia en seco y durabilidad en tratamientos largos.

A partir de estos dos grandes bloques de tipos de papel, nos encontramos con una amplia gama de variaciones sobre lo mismo. Ya no solo por el uso de una simple capa o doble capa, sino que también disponemos de papel gofrado (con un grabado especial rugoso que permite mejor adherencia), papel laminado (cuya lámina pegada tiene mayor permeabilidad y dureza), papel fiselado (fabricado en polipropileno, un material sintético más fino y maleable) o papel tisú, preparado para la absorción de líquidos.

Así, con esta variedad de posibilidades, los profesionales deben elegir convenientemente qué papel se adapta mejor a sus necesidades. Por ejemplo, una consulta pediátrica, en la que se atiende a pacientes que no requieren excesivo tiempo en la camilla, se pueden inclinar por un papel camilla simple capa, de pasta pura o ecológico. Sin embargo, una clínica estética, que puede realizar intervenciones menores durante tiempo y en las que podría haber líquidos implicados, deba inclinarse por un papel resistente, de doble capa y laminado y quizás que lleve tisú. Esta también podría ser la elección para un fisioterapeuta o un estomatólogo.

La variedad de usos y la tipología del papel son imprescindibles para la elección del mejor producto en las clínicas. En Mevesur disponemos de dicha variedad para satisfacer las necesidades de nuestros clientes, tanto si necesitan materiales resistentes como si desean apostar por el papel ecológico. Todo tiene cabida.